lunes, 9 de abril de 2018

La vida es solo una...


"La vida es solo una...". Así empieza la frase que reza una de las paredes de fondo del pabellón donde entrenan y juegan 'Los Amigos', un equipo de baloncesto de lo más variopinto formado por diez jugadores con discapacidad intelectual. No pienso hacer una crítica de esta película "Campeones". En primer lugar porque no soy crítico de cine y no quiero meterme en berenjenales de manera innecesaria. Y en segundo lugar porque me gusta todo lo que toca la varita campechano-surrealista de Javier Fesser y sería incapaz de hacer la más mínima valoración negativa de su obra. Es por ello que os hablaré de algo más sencillo, de pequeños detalles que he ido viendo mientras los protagonistas intentaban hacer la de Michael Jordan (de una manera más entrañable, todo sea dicho, aunque con algo menos de puntería).

Después de leer la frase, me ha picado la curiosidad y me he dedicado a buscar más mensajes embotellados en aquellas paredes de polideportivo desconchadas. A flote, han aparecido ante mí seis ideas muy directas, pintadas en blanco y con brocha gorda, en los muros laterales de la cancha de baloncesto: Alegría, Sonrisa, Ilusión, Lucha, Esfuerzo y Amistad. Seis palabras muy potentes que si las juntas forman una clara idea de lo que te vas a llevar al acabar de ver esta cinta y que aparecen de forma implícita en esta conversación entre Marco (Javier Gutiérrez) y Julio (Juan Margallo): 

-¿Cómo quieres que les enseñe a meter una canasta si no saben ni correr?
-Pues empieza por ahí...

Una película de humor que toca un tema, el de la discapacidad intelectual, que a base de trabajo cada vez está más normalizado e integrado. Falta mucho camino por recorrer todavía (sobre todo por parte de los que nos gobiernan), para interiorizar y entender que todos tenemos la misma cabida en este mundo, unos con unas aptitudes, otros con otras y todos distintos, pero nadie mejor que nadie. Solo hay que saber buscar en la persona para conocer sus cualidades y centrarnos en lo que sí somos capaces de hacer. Para ello hay que eliminar los prejuicios de nuestras cabezas y dejar de mirar nuestro ombligo. Historias como ésta de Javier Fesser y David Marqués son otro paso más para coger las tijeras y seguir recortando etiquetas.

Para terminar dejadme que os deje un nombre que quiero destacar de entre todo el inolvidable elenco. Podría decir el del propio Javier Gutiérrez, pero lo conocéis ya de sobra. O el de cualquier miembro del Universo Pendelton que forma parte del cinco inicial de este particular Dream Team, e incluso de los que chupan banquillo. Pero tan solo os diré uno: Jesús Vidal, este es el nombre que os regalo. Ved la película, conoced a Marín y sus manías de hipocondríaco, querréis llevároslo a casa. Y si os habéis quedado con ganas de saber cómo sigue la frase que da título a esta entrada, aquí va mi asistencia y espero que la guardéis en vuestra cabeza como ese tiro suspensivo de tres puntos que va flotando camino del aro: "La vida es solo una... vive hoy".


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